¿La imagen tradicional de la logística? Almacenes con mucho trabajo físico, camiones contaminantes y horarios rígidos. Pero eso está cambiando. Hoy el sector es más digital, más sostenible y ofrece condiciones laborales cada vez más atractivas para el talento joven. Solo así podrá el sector logístico contar con los mejores.
Según Randstad, el 67% de los profesionales del sector ganó más en 2023 que el año anterior. Sin embargo, muchas empresas siguen perdiendo perfiles valiosos por no ofrecer salarios competitivos, flexibilidad real y oportunidades de desarrollo. Las nuevas generaciones no quieren solo estabilidad. Quieren aprender, crecer profesionalmente y trabajar en proyectos con un impacto tangible.
La buena noticia es que cada vez más empresas tienen claro que, además de apostar por la sostenibilidad y la transformación digital —por convicción, por competitividad y también por imagen—, deben ofrecer algo más a los profesionales más jóvenes: proyección, aprendizaje y un entorno en el que desarrollar todo su potencial.
DHL, uno de los mayores operadores logísticos del mundo, es un buen ejemplo de cómo atraer al talento joven con programas de desarrollo profesional. Su programa para recién graduados, GROW, ofrece formación, mentoring y experiencia internacional. Y para quienes quieren liderar desde el inicio, está LEAD, centrado en formar futuros responsables de operaciones logísticas.
Maersk, multinacional danesa líder en transporte marítimo y servicios logísticos integrados, también cuenta con programas específicos para incorporar y formar a jóvenes profesionales. Estas iniciativas incluyen prácticas con rotaciones por distintas áreas del negocio, además de acompañamiento individual por parte de profesionales sénior.
EssilorLuxottica, grupo industrial global especializado en diseño, fabricación y distribución de productos ópticos, impulsa el Operations Talent Program (OTP), un itinerario de dos años para jóvenes talentos en áreas como cadena de suministro, producción, calidad o I+D. El programa combina formación técnica, rotaciones internacionales y un proyecto real en una de sus sedes de Europa, América o Asia. Además, los participantes se integran en una comunidad internacional de jóvenes profesionales y acceden a formación adicional en gestión e innovación, con contenidos diseñados para afrontar los retos del entorno industrial actual.
La logística compite por el mismo talento que se siente atraído por sectores que históricamente han tenido más glamour, como el tecnológico o el financiero. Pero aún parte con desventaja: arrastra una imagen de sector duro, poco atractivo y poco flexible. Por eso es fundamental seguir avanzando en esta transformación hacia empresas más modernas, más sostenibles y con condiciones laborales que seduzcan a las nuevas generaciones. Ese es el reto: que más jóvenes vean en la logística un sector en el que crecer profesionalmente.
